Las Sinsombrero

Els alumnes de 4t d’ESO, dins la matèria d’Avancem, han escrit uns articles d’opinió on reflexionen sobre la situació de la dona a principis del segle XX, a Espanya, i la figura de les dones que van formar part de la Generación del 27, les anomenades Las Sinsombrero. Aquestes dones -les escriptores Ernestina de Champourcín (poeta), Concha Méndez (poeta i editora), Josefina de la Torre (poeta, escriptora, cantant i actriu), María Teresa León (escriptora), Carmen Conde (escriptora i mestra), Rosa Chacel (novel.lista) i María Zambrano (filòsofa), les artistes Maruja Mallo (pintora), María Blanchard (pintora), Ángeles Santos (pintora i artista gràfica) i Marga Gil Roesset– van formar part d’una nova generació que reclamava autonomia, independència i formació intel·lectual. Per desgràcia es van trobar amb una societat conservadora, encara conmocionada per la pèrdua de les darreres colònies d’ultramar, una societat que el que menys volia era un grup de dones que demanava pas amb decisió.

ARTÍCULOS DE OPINIÓN

Mujeres en la Generación del 27: un eco silenciado en la historia

Martina Laguna – 4t B

La Generación del 27 es ampliamente reconocida por su influencia en la literatura y la cultura española. Este grupo de escritores, artistas y poetas dejó una huella en la historia literaria, pero al examinarlo más de cerca , se hace una gran omisión significativa: la falta de reconocimiento y estudio de las mujeres que formaron parte de ella.

Para entender todo lo que pasó, es importante retroceder a España del siglo XX. Durante este período, España experimentó cambios significativos en su estructura social y política. Se proclamó la Segunda República Española, el 14 de abril de 1931, tras las elecciones municipales en las que los republicanos obtuvieron una amplia victoria en las principales ciudades del país. Esto marcó un periodo de transformación, con reformas políticas y sociales que buscaban modernizar el país. Sin embargo, aunque se produjeron avances en algunos aspectos, las mujeres aún sufrían discriminación y desigualdad de género en la sociedad española. Las expectativas tradicionales dictaban que las mujeres debían ocuparse del hogar y la familia. La invisibilidad de las mujeres en la Generación del 27 no se debió a una falta de talento o capacidad, sino a las barreras que les impedían destacar en un mundo dominado por hombres.

Las mujeres que más destacaron en esta generación, fueron: Ernestina de Champourcín, María Teresa León, Concha Méndez, María Zambrano, Rosa Chacel y Josefina De la Torre. Pero en este texto me gustaría destacar a Ana María Gómez González,  más conocida como Maruja Mallo.  Nació el 5 de enero de 1902 en Viveiro, una ciudad del norte de Galicia. Siendo la cuarta de catorce hermanos y hermanas, contó con unos padres adelantados a su época que apostaron por educar a todos sus hijos en la igualdad. 

En 1922, la familia se mudó a Madrid y allí decidió dedicar su vida a la pintura. Maruja Mallo fue la primera mujer en aprobar los exámenes para Bellas Artes y la primera en ser admitida en la academia. Gracias a eso conoció a uno de los amigos más importantes de su vida: Salvador Dalí y el le presentó a otros como Federico García Lorca o Buñuel. 

Una cosa a destacar de Maruja Mallo, es que ella fue una de las que dio nombre a ni más ni menos que a Las Sinsombrero, el grupo de mujeres artistas e intelectuales implicadas en los movimientos de la Generación del 27.

Todo esto pasó porque un día estaba paseando junto a Manso, Lorca y Dalí por la Puerta del Sol de Madrid y ellos decidieron sacarse los sombreros para “descongestionar las ideas”. Al verlos, muchos empezaron a gritarles e insultarlos.  Todo esto fue lo que dio nombre al grupo de mujeres vanguardistas formado por Concha Méndez, María Zambrano, Rosa Chacel, Margarita Gil Rösset, Margarita Manso y Maruja Mallo, entre otras. Ellas exigieron su autonomía y emancipación, al igual que una educación intelectual equitativa en comparación con los hombres. Se dedicaron a la pintura, la novela, la escultura, la poesía, la ilustración y el pensamiento, plasmando en sus creaciones las ideas frescas de la modernidad con una actitud innovadora y progresista.

En conclusión, la falta de reconocimiento de las mujeres en la Generación del 27 se debe a los factores históricos, políticos y sociales que limitaban la participación de las mujeres en de la época. Es muy importante que deje de pasar y que las mujeres también sean reconocidas porquè la historia y la cultura españolas se enriquece cuando se les da voz a todas las voces, sin importar su género, y es responsabilidad de la sociedad actual corregir estas omisiones y rendir homenaje a las mujeres talentosas que formaron parte de la Generación del 27.

Las Sinsombrero y la herencia de Maruja Mallo

David Naranjo – 4t B

Las sinsombrero. Un término que recientemente ha tenido una notoria repercusión en el mundo del arte. Un adjetivo a un conjunto de mujeres que se vieron opacadas por muchos motivos un tanto patriarcales de la antigua España. Pero, ¿quiénes fueron realmente? ¿De dónde proviene el término ‘sinsombrero’? Si usted, mi estimado lector, desea averiguar el porqué de ambas preguntas le invito a que tome asiento y comience a leer.

El término ‘sinsombrero’, proveniente del siglo XX, da nombre a un grupo de mujeres escritoras, poetas y artistas provenientes más o menos de la misma época que la mundialmente reconocida y admirada Generación del 27, he de aquí el hecho que este colectivo fuera fuertemente opacado por sus contrapartes masculinas. 

Según mi opinión sincera, el motivo por el cual este grupo se vió fuertemente reprimido que acabo de escribir no era el único, evidentemente. Hay que tener en cuenta que, durante ese período de años, España atravesaba una de sus épocas más oscuras. Cambios constantes de gobierno, pobreza y una guerra civil que azotó el país hispalense fueron varios de sus eventos clave en ese período, que culminó con la dictadura del general Francisco Franco. Esos gobiernos, generalmente patriarcales, oprimieron casi todos los derechos de la mujer, además de que era muy mal visto que el sexo femenino practicara otras actividades que no fueran la manutención de la casa o la crianza de los niños.

Otro ‘célebre’ motivo por el cual estas mujeres escritoras no acabaron con un destino que tuviera algo que ver con su pasión fue precisamente el porqué del famoso nombre ‘sinsombrero’, que, para poder explicar el origen de este peculiar mote, he de hacer un pequeño inciso, ya que si continuara con la explicación, no entendería mucho. 

Durante el siglo XX, principalmente en sus primeros años, los hombres y mujeres que paseaban por las calles españolas debían portar un sombrero de copa como símbolo de respeto y estatus social, y no como una mera prenda para combatir el frío, como cualquier otra persona con cierto sentido común pensaría. Por lo tanto, quitarse el sombrero en medio de una calle concurrida no era la decisión más prudente que podías tomar. Insultos, burlas y, en casos extremos, lanzamiento de objetos eran los posibles futuros inmediatos. Este último futuro fue el que les pasó a Federico García Lorca, Margarita Manso, Salvador Dalí y Maruja Mallo. Los cuatro artistas cruzaron la Puerta del Sol, Madrid, en los años 20, rompiendo con la regla de llevar sombrero, desprendiéndose de este y siendo apedreados por los que allí pasaban, que veían esta acción tan liberal como un desacato a la autoridad, al grito de «¡maricones!». 

Ya sé que, para la gente que no ha oído nada acerca de este grupo, no entendería que opino que las Sinsombrero tuvieron una repercusión durante los años venideros en relación a la percepción de la escritura o el arte. En especial, la artista Maruja Mallo.

Maruja Mallo es principalmente reconocida en el ámbito artístico español por su general aportación al arte hispánico, del cual hablaré más adelante, y es una figura importante en la historia del arte del siglo XX. Su reconocimiento, si bien no es tan ‘popular’ como algunos artistas que coincidieron con ella y que se hicieron con más fama,  es por su percepción del arte.

Mallo, en mi opinión (no soy ningún crítico de arte ni nada por el estilo, solo me ciño a los hechos), es una de las artistas más infravaloradas de España, sino de Europa, debido a su condición de ser una mujer. Su participación activa en el mundo surrealista la hizo codear con ilustres pintores, como Salvador Dalí o André Bretón. Su trabajo artístico, con su estilo surrealista y abstracto, contribuyó a la expansión de estas ideas en España, aunque no se le reconoció su importancia hasta hace escasos años.

Es por eso, que participó en el célebre grupo “La Ruptura”, junto a otros artistas como el ya mencionado Dalí, Luis Buñuel, F.García Lorca y entre otros, con los que buscaba romper con las convenciones artísticas y sociales de la época. Este grupo tuvo un impacto en la vanguardia artística en España y, en cierta medida, en el reconocimiento internacional del arte español.

Si bien su reconocimiento puede no ser tan amplio como el de algunas otras figuras artísticas internacionales, Maruja Mallo es valorada y respetada en el contexto del arte español y su contribución a los movimientos vanguardistas y surrealistas en España ha dejado una huella duradera en la historia del arte del país.

MARUJA MALLO, LA REBELDE DEL SURREALISMO QUE DESAFIÓ LA HISTORIA

Naia Taboas – 4t B

Todos conocemos la famosa Generación del 27, ya sea por nuestros estudios o porque lo hemos leído en algún libro, pero  solamente hemos crecido hablando del sector masculino.¿Qué fue  de aquel grupo de mujeres intelectuales y artistas que desafiaron las normas de género en la España de 1920? Durante este período, un grupo de mujeres talentosas, entre ellas Concha Méndez, Carmen Conde, Clara Campoamor o Rosa Chacel se volvieron unas chicas rompedoras,valientes y luchadoras, entraron sin complejos en el mundo artístico de la época, enfrentándose a las normas sociales, aunque tras la Guerra Civil fueron silenciadas y olvidadas.

Una de ellas,  Maruja Mallo, formó parte de una anécdota que actualmente parecería insignificante, pero en aquel momento fue toda  una revolución.

En la década del XIX y principios del XX, la situación de las mujeres en España estaba marcada por fuertes limitaciones sociales y legales. A nivel social, las mujeres estaban generalmente relegadas a roles tradicionales y se esperaba que se dedicaran principalmente a las labores domésticas y al cuidado de la familia. El acceso a la educación y a oportunidades profesionales era limitado para ellas. En este contexto de restricciones sociales y legales, las mujeres que desafiaban las normas de género y buscaban oportunidades en campos como el arte, la literatura o la educación enfrentaban una resistencia significativa. Maruja Mallo y otras mujeres de la Generación del 27 fueron pioneras al desafiar estas normas y abrir camino para las generaciones futuras de mujeres artistas e intelectuales en España.

Para empezar, Maruja Mallo (en realidad Ana María Gómez) fue una figura clave en la escena artística española durante el siglo XX, ya que en diversas disciplinas artísticas como la pintura, la escultura y la escritura se destacó de la mejor manera. Su obra mostraba influencias del surrealismo y abordaba temas sociales y políticos de la época. Nacida en Viveiro (Lugo), siendo la menor entre 14 hermanos tuvo la fortuna de tener a unos padres adelantados a su época que educaron a sus hijos sin diferencias de sexo y así pudo, desde su infancia, gozar de una infancia que para las mayoría de niñas no existía. Su padre había notado su interés por el arte y la  matriculó a los 11 años en la Escuela de Artes y Oficios de Avilés, donde la familia vivía por ese entonces. Diez años después, se trasladó a Madrid y comenzó a estudiar en la Real Academia de Bellas Artes De San Fernando, donde entabló una gran amistad con Salvador Dalí, pero acabó abandonando la academia por su encorsetado sistema. Maruja Mallo ante todo quería ser libre ya que era surrealista, divertida, creía en la igualdad de género y no pensaba ser el apéndice de hombre alguno.

Una vez respetada como miembro más de la Generación del 27, vivió noches de juerga y poesía surrealista con Dalí, Lorca o Alberti (con el que vivió un romance). Buñuel, por el contrario, no la soportaba, quizás por la defensa de Maruja Mallo del amor libre y la igualdad entre géneros. José Ortega y Gasset le cedió las instalaciones de su Revista de Occidente para la primera exposición en Madrid de Mallo.

También, formó parte de las “sinsombrero”, las jóvenes intelectuales que escandalizaron a la sociedad por atreverse a salir a la calle sin esa prenda. Cuenta ella, en una de las varias entrevistas que se le hicieron en los ochenta y noventa, que paseando un día junto a sus inseparables compinches, Manso, Lorca y Dalí por la Puerta del Sol, los cuatro se sacaron sus sombreros con la idea de “descongestionar las ideas”. Los empezaron a insultar y a apedrearlos ya que, como contó Mallo, “se conoce que por no llevar sombrero se identificaba a la mujer con el tercer sexo”. Curiosamente este suceso fue el que dio nombre a las mujeres de la generación del 27.

Como artista cultivó un surrealismo muy especial. Su estilo pasó por dos etapas diferenciadas, una colorista en los años 20 con temáticas mágicas, cosmopolitas y optimistas; y otra sombría y apagada en los 30, más caótica y desequilibrada. Experimentó en esta etapa técnicamente incorporando al lienzo materiales orgánicos (ceniza, cal…).

Para finalizar, vino la guerra civil española y Maruja Mallo debió partir al exilio a través de Portugal, donde recibió ayuda de Gabriela Mistral para viajar a Buenos Aires donde vivió 25 años.

Durante su exilio, la pintora viajó por Chile, Uruguay, Brasil, París y Nueva York donde dio conferencias, organizó exposiciones y colaboró, junto a Jorge Luis Borges. En Buenos Aires, Argentina, desarrolló su obra y participó en exposiciones.Su obra artística durante ese periodo, reflejó influencias de las culturas y paisajes de los lugares que visitó, y experimentó con diferentes estilos y técnicas. Aunque el exilio fue un periodo  difícil para muchos artistas españoles, algunos lograron mantener y desarrollar su carrera en el extranjero.

Cuando en 1962 regresa a España, descubre un país que ella no reconoce y en donde a ella ni siquiera se la conoce en su primera exposición, sólo será a partir de los años 80 en donde se comienza a ver recompensada su gran labor, a pesar de que rara vez se la incluya entre los grandes de la Generación del 27 o los surrealistas. 

En conclusión, esta mujer siempre será una de las heroínas de la historia y una referencia antes y después de la guerra, aunque apenas fuese valorada y respetada. No obstante, pensando en su forma de ser, podemos llegar a la idea de que a ella eso tanto le daba.

La conquista de los derechos de la mujer durante la Generación del 27

Sílvia Navio – 4T ESO B

La Generación del 27 fue una generación que marcó en la historia, ya que a pesar del complejo contexto histórico en el que se situaban consiguieron producir una serie de cambios. Los miembros más destacados fueron hombres, pero en realidad las que produjeron el gran cambio fueron las Sin Sombrero, mujeres de gran talento, como Concha Méndez, Josefina De la Torre, Margarita Manso y Maruja Mallo, entre otras, que entraron en mundo artístico rompiendo con los estereotipos sociales y enfrentando al patriarcado. Fueron tan importantes que a día de hoy, sin ellas, las mujeres en la actualidad no tendríamos los mismos derechos.

En aquellos tiempos la mujer era vista como ama de casa y esposa, y las que se dedicaban al arte o lo hacían haciéndose pasar por un hombre o eran olvidadas por el simple hecho de ser mujer. Un día, Maruja Mallo, junto a Lorca, Dalí y Margarita Manso, paseando por la Puerta de Sol, se les ocurrió quitarse el sombrero para “descongestionar las ideas”, un gesto con el que organizaron un escándalo y por el que fueron apedreados. Quitarse el sombrero, los convirtió en rebeldes, especialmente a las mujeres. Para ellas, prescindir del sombrero implicaba abandonar el corsé de la época y, por tanto, no conformarse con el papel de esposas y madres. 

La gran mayoría de ellas residieron, estudiaron y desarrollaron su actividad artística en Madrid. A partir de ahí, se adentraron en un mundo de hombres y fueron capaces de destacar en él a través de sus novelas, de sus poemas, de sus cuadros y de sus obras de teatro. A pesar de que algunas de sus obras estaban por encima de la de los hombres, nunca se tuvo noticia de que formaran parte de la generación y no se les daba reconocimiento, debido a el simple hecho de ser mujer.

La caída de la monarquía de Alfonso XIII, dio paso a la segunda república española, que para la mujer moderna de esa época fue el mejor acontecimiento que pudo pasar, ya que representó un doble despertar. Un despertar a un marco político lleno de libertades, que ellas mismas contribuyeron a instaurar, pero por otro lado supuso el despertar de la verdadera condición femenina. 

Las Sin Sombrero lucharon por la libertad de las mujeres, defendieron sus derechos y en el contexto histórico en el que les tocó vivir, todas y cada una apoyó al legítimo gobierno de la Segunda República, y lo defendió con uñas y dientes.

Gracias a la República, la igualdad de sexos pasó a ser una posibilidad real con la aprobación de la nueva constitución. También estableció que las mujeres podían ser elegidas para ser diputadas, que el matrimonio se fundaba en la igualdad de ambos sexos y divorcio se disolvía a petición de cualquiera de los miembros. Finalmente, en 1931 se estableció que las mujeres pudieran votar, y las primeras elecciones en las que participaron fueron en 1933. 

Lamentablemente, los logros fueron tan efímeros como el régimen que los había posibilitado. La guerra civil y la dictadura impuesta tras la victoria franquista arruinaron todo lo conseguido.  La guerra produjo el exilio de muchos miembros de la generación. Maruja Mallo, la gran pintora del siglo, al estallar la guerra huyó a Portugal y de ahí a Buenos Aires. Una vez allí empezó a tener un gran reconocimiento y viajó por varios países como Uruguay, Brasil, Nueva York, Chile… Finalmente, en 1962, tras 25 años de exilio regresó a España, donde no se la reconocía. Esto fue debido a que las mujeres volvieron a ser silenciadas e invisibilizadas, tras la Dictadura de Franco. Creo que es muy injusto que después, de tanto esfuerzo, para conseguir unos derechos básicos, la sociedad retrocediera y volviera al punto de partida. A pesar de esto, después de la muerte de Franco, se instauró la democracia, y a partir de ahí afortunadamente se le devolvieron los derechos a la mujer, los cuales a día de hoy perduran. 

Gracias a esto yo y mis compañeras podemos estudiar para en un futuro trabajar y cuando seamos mayores podamos votar, porque tengo derecho a poder dedicar mi futuro a mi trabajo deseado y no a ser ama de casa, y a escoger la forma de gobierno del país en el que vivo. Fueron muy importantes ya que apoyaron las revoluciones a favor de la República y gracias a esto, en la actualidad, la gran mayoría de las mujeres nos manifestamos, al igual que ellas, y no nos callamos frente a las injusticias y la desigualdad de género.

Josefina de la Torre

Olaf Sánchez – 4t B

Este grupo de mujeres que perteneció a la Generación del 27 recibió este nombre por sacarse el sombrero como gesto de rebeldía ante una sociedad que no reconocía sus méritos. La obra de estas mujeres, silenciada durante años, empieza ahora a salir a la luz gracias a la investigación de un grupo de historiadoras. Ellas son llamadas así porque, a mediados de los años 20, mientras paseaban por la Puerta del Sol, se quitaron el sombrero. Esta acción estaba mal vista y rompía con lo ‘’normal’’. Precisamente, un acto que, en pleno S.XXI es de lo más normal en su tiempo provocó un movimiento social tan relevante que hizo que, en tiempos más modernos las mujeres tengan, como poco, más libertad y mayores derechos
La artista de la que vamos a hablar hoy es Josefina de la Torre, una de las actrices más olvidadas injustamente. De la Torre fue una mujer vanguardista, cosmopolita y deportista cuando en sus tiempos casi nadie lo era. Destacó en todas las actividades profesionales y artísticas que frecuentó. En lo que se refiere al modelaje, dobló para la Paramount a Marlene Dietrich y a otras estrellas internacionales de su época. Más adelante, creó su propia compañía. Protagonizó múltiples películas y programas de televisión . La infancia, la soledad, la muerte, eran algunos de los temas más frecuentes en sus poesías gracias a que era la pequeña de seis hermanos de una familia adinerada y muy culta. Se reivindicó en frente de su familia porque pensaban que el papel de la mujer era muy limitado y tan solo tenía que obedecer y satisfacer al hombre pero ella no pensaba así. Una manera de pensar tan moderna para los tiempos en los que se encontraba donde la opresión a la mujer era muy común es digna de una capacidad intelectual asombrosa y un alma pura que caracteriza a las personas que marcan una época en la sociedad.

Josefina es lo que hoy llamaríamos transversal: era capaz de hacer desde poemas vanguardistas a sonetos técnicamente perfectos. A lo largo de su carrera, De la Torre exploró temas relacionados con la mujer, la identidad
de género y el feminismo. Su poesía a menudo abordaba la lucha de las mujeres por la igualdad y la liberación.

Para terminar, desde mi punto de vista, Josefina fue una mujer tan radical revolucionaria que es una verdadera pena que, por el simple hecho de ser mujer, no la tuviesen tan en cuenta como otros miembros de la Generación del 27.

Las Sinsombrero y el legado de Concha Méndez

Mariona Pancorbo – 4t B

Llamamos las Sinsombrero a un grupo de mujeres talentosas en diversas disciplinas artísticas que formaron parte de la generación del 27 en el siglo XX en España junto a sus compañeros masculinos. Lamentablemente, a diferencia de los hombres, estas mujeres no fueron reconocidas y valoradas, simplemente por ser mujeres. Pero lo que más destacó sin duda fue que en vez de quedarse calladas, decidieron rebelarse y actuar, para romper el patriarcado de la época y poder acceder a una igualdad de género.

Pero, ¿qué hicieron para conseguirlo, y por qué este apodo? 

En la década de 1920, este grupo de artistas femeninas decidió desafiar las normas sociales y quitarse los sombreros como símbolo de rebeldía frente a una sociedad que no reconocía sus habilidades y talentos. De ahí surgió el nombre “Las Sinsombrero”. Estas valientes mujeres hicieron algo sin precedentes y lucharon por lo que merecían, principalmente la igualdad de género y romper con los estereotipos de la mujer sumisa y silenciosa.

Aunque este movimiento no sea tan conocido ni se enseñe con tanta frecuencia en las escuelas como otros movimientos literarios, sentó las bases para el avance que hemos logrado como mujeres hasta el día de hoy. Aunque aún hay aspectos por mejorar, indudablemente hemos progresado significativamente. Actualmente, nuestros logros y méritos son reconocidos, y tenemos derechos que en el pasado ni siquiera podríamos haber imaginado.

Entre las destacadas mujeres de este grupo se encuentran Maruja Mallo, Margarita Manso, Concha Méndez, Rosa Chacel, Josefina de la Torre, María Zambrano, María Blanchard, María Teresa León, Ernestina de Champourcín, Angeles Santos, Carmen Conde, Remedios Varo, Marga Gil Roësset, Zenobia Campubrí y Rosa García Ascot, entre otras. Todas mujeres con grandes talentos artísticos en esa época, a pesar de pasar por momentos muy difíciles de la historia de España. Sin embargo, se debe destacar la historia de Concha Méndez por su relevancia, su valor, sus aportaciones y las dificultades que encontró en aquel tiempo.

Concha Méndez fue una destacada poeta, escritora, feminista y activista española nacida el 15 de julio de 1898 en Madrid. También fue una de las integrantes más destacadas de Las Sinsombrero. 

A lo largo de su carrera, se enfrentó a numerosos obstáculos debido a su género. A pesar de ello, nunca dejó que las complicaciones la detuvieran y continuó luchando por su pasión por la literatura.  Por ejemplo, la guerra civil española y la posterior dictadura del general Francisco Franco tuvieron un impacto negativo en su vida y su obra, llegando a censurar su trabajo y a reprimir su participación en movimientos feministas y de vanguardia, y aún así, ella siguió escribiendo y luchando. Méndez fue una voz valiente y comprometida que desafió las expectativas sociales de su época y defendió la igualdad de género, participando  activamente en movimientos feministas y en la lucha por el sufragio femenino en España.

De ella conocemos varios poemarios, obras de teatro y libros de viajes, que llegó a publicar. Estas son un testimonio de su talento y de su visión vanguardista. Algunas de sus obras son: Inquietudes, Surtidor, Canciones de mar y tierra, Vida a vida, El carbón y la rosa, Niño y sombras, Lluvias enlazadas, Sombras y sueños, Villancicos de Navidad, Entre el soñar y el vivir…

Las sinsombrero, sin duda, son un grupo de valientes mujeres que se deben honrar, ya que a pesar de las dificultades y la falta de reconocimiento, dejaron un legado significativo en el mundo artístico y abrieron camino para las próximas generaciones. 

Concha Méndez, mujer de la Generación del 27

Xènia Chaves – 4t B

La  Generación del 27 era un grupo destacado de poetas y escritores españoles que nació en las primeras décadas del siglo XX, este grupo ha estado dominado por figuras masculinas. Esta falta de atención a las mujeres, como Maruja Mallo, Concha Méndez, Marga Gil-Roësset, entre otras, se puede atribuir a diversos factores históricos, políticos y sociales de esa época.

En primer lugar, es importante considerar cómo estaba el contexto histórico de España en ese momento. La sociedad española estaba experimentando un proceso de cambio y transformación después de la Primera Guerra Mundial y la caída de la monarquía, y la  Segunda República Española que fue proclamada en 1931. Sin embargo, a pesar de estos cambios, la sociedad española seguía siendo patriarcal. El poder y la mentalidad dominante favorecían a los hombres en todos los ámbitos, incluida la literatura.

Desde una perspectiva política, la Segunda República Española, aunque promovió la igualdad de género en algunos aspectos, también estaba inmersa en conflictos y tensiones políticas. La guerra civil española, que estalló en 1936, tuvo un impacto devastador en la sociedad y la cultura españolas. Durante este período de conflicto, la atención se centró en las luchas políticas y militares, dejando en un  segundo plano cualquier avance en los derechos de las mujeres o en sus logros culturales.

Y en la perspectiva social, las mujeres de la Generación del 27 enfrentaron obstáculos considerables para desarrollar sus carreras literarias. La educación y el acceso a las instituciones culturales estaban limitados para las mujeres en comparación con los hombres. Además, la crítica literaria y la promoción de escritores estaban en manos masculinas, lo que hizo que las voces de las mujeres fueran silenciadas.

En segundo lugar, Concha Méndez, una de las mujeres silenciadas de la Generación del 27 por el contexto histórico, político y social de la época, era una mujer que hasta su padre le dijo que las mujeres no eran nada. “Su padre le preguntó a sus hermanos qué querían ser de mayor y ella, Concha Méndez, se adelantó diciendo que quería ser capitana de barco y su padre respondió que las mujeres no eran nada”. La escritora, odiaba a su padre por el hecho de que su padre opinaba que las mujeres no eran nada.

La poesía de esta autora era muy influida, pero con una capacidad receptora grande, sus libros eran juveniles, es decir, un poco inexpertos. Ella nunca llegó a ser una vanguardista, nunca experimentó con los “ismos” de la época.

Concha Méndez tuvo mucha influencia de Rafael  Alberti, escritor y poeta, ya que mantuvieron una estrecha relación personal y literaria, sobre todo en el poema Mar y tierra, este libro surgió de su viaje a Argentina, que ella decidió irse sola. El libro se publicó en Buenos Aires. 

Después de su viaje a Argentina y de publicar una de sus mejores obras, decidió volver a España y reincorporarse y encontrarse con amores del pasado, amistades y familiares que la llevaron a escribir un libro pequeño titulado Vida a vida. Detrás de este libro, está la historia con Altolaguirre (poeta español) ya que mantuvieron una relación estrecha,  se puede observar su evolución en el lenguaje poético, dentro de una poesía llamada clásica.

Era una mujer con unos valores basado en la libertad y tenía la voluntad de ponerlos en práctica, porque muchas mujeres de esa época hubieron querido viajar a otro país, pero ella, la escritora Concha Méndez, lo hizo. Ella abrió nuevos caminos, hasta cuando al final de todo, era todo muy negativo, ella seguía defendiendo la idea de vivir.

Para finalizar, Concha Méndez, una de las escritoras silenciadas de la Generación del 27, luchó por la igualdad de género y la participación activa de las mujeres en la vida pública, ayudando a  romper con las restricciones tradicionales impuestas a las mujeres de su generación. Concha Méndez refleja una lucha constante por la justicia y la igualdad de género y su compromiso con la causa feminista. 

Las Sinsombrero

Renzo Minnini – 4t B

En el contexto político y social de la España de principios del siglo XX, las mujeres se enfrentaron a numerosas barreras y desafíos. La sociedad estaba impregnada de un fuerte machismo, que limitaba en gran medida el papel de las mujeres. Las mujeres tenían un acceso limitado a la educación superior, a las instituciones culturales y a los círculos literarios y artísticos. La mayoría de las mujeres de esa época estaban apartadas a los roles tradicionales en el hogar y la familia, y sus voces y talentos eran subestimados.

Gracias a la iniciativa de las mujeres de la Generación del 27, las mujeres de hoy en día tienen los derechos que tienen por ellas.

Ana María Gómez González, más conocida como Maruja Mallo, fue una destacada artista española que desafió las convenciones de su época y dejó una huella significativa en el mundo de la pintura y la vanguardia artística del siglo XX en España. A través de su obra y su vida, Maruja Mallo se convirtió en un referente en la lucha por la igualdad de género y la liberación de las restricciones sociales y políticas impuestas a las mujeres de su generación.

Maruja Mallo nació en 1902 en Viveiro, Galicia, en una época en la que las mujeres tenían un acceso limitado al mundo del arte y la cultura. Sin embargo, desde joven, demostró un gran talento para la pintura y una vocación artística que la llevó a estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid. En la capital española, se relacionó con otros artistas e intelectuales de vanguardia y se involucró en movimientos artísticos como el surrealismo y el cubismo.

Uno de los aspectos más destacados de la obra de Maruja Mallo fue su capacidad para romper con las convenciones estilísticas y temáticas de la época. Su pintura abordó temas relacionados con la emancipación de las mujeres, la sexualidad, la política y la identidad, desafiando las normas establecidas en la España de la década de 1920 y 1930. Sus obras, como “Hombre atacado por un pájaro” o “Autorretrato con sombrero”, reflejaron su compromiso con la exploración de nuevas formas y conceptos artísticos.

Además de su contribución artística, Maruja Mallo fue una figura comprometida con la causa feminista y la lucha por la igualdad de género. Se involucró en debates políticos y sociales de su tiempo y luchó por los derechos de las mujeres, la educación y el acceso a las mismas oportunidades que los hombres. Su valentía al hablar de temas controvertidos en su obra y su activismo en favor de la igualdad de género la convirtieron en un modelo a seguir para las artistas y las mujeres de su generación.

Sin embargo, su compromiso político y artístico también la llevó a sufrir una persecución durante la guerra civil española y la dictadura franquista que le siguió. Su obra fue considerada subversiva por el régimen, es decir, que llegó a alterar el orden social y fue objeto de represión, lo que la forzó a vivir en el exilio durante muchos años en Argentina, donde se hizo bastante famosa y conocida por la gente.

En resumen, Maruja Mallo fue una figura fundamental en la historia del arte español y una genio en la exploración de nuevas corrientes artísticas y la lucha por la igualdad de género. Su valentía y compromiso tanto en su obra como en su vida personal dejaron una marca en la historia cultural de España y sirve como ejemplo de cómo el arte puede ser una herramienta poderosa para desafiar las normas establecidas y promover la igualdad y la justicia social.

Margarita Manso, la culpable del cambio

Blai Vílchez – 4t ESO B

En los años 20, España tenía una sociedad muy patriarcal, en la que el género femenino no era reconocido. En esta época hubo un grupo de artistas, que se hacían llamar Las Sinsombrero, que pusieron las semillas para que hoy en día las mujeres en el s.XXI puedan tener derechos y ser reconocidas allá donde vayan. Una de las propulsoras de este acto fue Margarita Manso.

Margarita Manso fue un pintora española que nació en Valladolid el 25 de noviembre de 1908, en una familia de clase media. Junto con tres hermanas más, eran las tres hijas de Luís Manso López, artesano del taller de Gabilondo y de Carmen Robledo Daguerre, una modista de origen Vasco-Francés. Sus padres eran unas personas independientes, liberales, soñadoras y atrevidas. Estos valores se ven plasmados en su hija Margarita, una mujer que buscaba la libertad, una chica liberal, moderna y no tenía miedo de nadie ni de nada.

Manso ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid. En esos años coincidió con Maruja Mallo con quien tuvo una gran amistad. También junto a Mallo, hicieron un excelente círculo amigable con Federico García Lorca y Salvador Dalí, estos fueron muy amigos. Es famosa la anécdota de la visita del grupo de amigos al monasterio de Santo Domingo de Silos, como que la entrada estaba vetada para las mujeres, ella y Maruja Mallo, se disfrazaron de hombres para poder visitar el sitio.

Lorca, junto a otros artistas como Rafael Alberti o Luis Cernuda, fueron los fundadores del grupo de intelectuales de la Generación del 27. En este grupo estaban Maruja y Margarita, pero ellas no eran consideradas de ese conjunto, ya que en ese momento el país era muy patriarcal, el género femenino, no era considerado en ningún aspecto, solamente cuando se trataba de cuidar a la familia y la casa.

Pero ellas eran una mujeres luchadoras por sus derechos y crearon un grupo de mujeres pensadoras que se hacían llamar las Sinsombrero. Conocidas también como las artistas e intelectuales de la Generación del 27, se trataba de pintoras, poetas, novelistas, escultoras e ilustradoras como Ernestina de Champourcin, María Teresa León, Concha Méndez o María Zambrano, que con sus trabajos y acciones trataron de cambiar la concepción y las normas existentes en España durante los años 20 y 30. 

Margarita Manso ayudó mucho a este grupo ya que transmitió sus valores a todas las participantes para poder cambiar el pensamiento de las mujeres en el país. Ella les inculcó la autonomía, la independencia, la evolución, la modernidad y sobre todo poder tener formación intelectual igual a la de los hombres.

En conclusión, Margarita Manso y todas estas artistas, hicieron un gigante esfuerzo y sacrificio para que hoy en día las mujeres puedan ser libres de ser como quieran, tener derechos y tener una igualdad igual que los hombres.

LAS SINSOMBRERO 

Abril Robert – 4t ESO B

La situación de la mujer en el s. XX, en España, era pésima, es decir, solo tenían obligaciones y no eran bien vistas para la sociedad. En esa época no tenían derecho a elegir lo que ellas querían hacer o ser, solo se dedicaban a hacer los trabajos domésticos, y en algunas excepciones oficios artesanales que venían ejerciendo desde tiempos anteriores, entre los cuales había costureras, zapateras, comadronas… Durante este siglo la mujer era considerada como un objeto, ya sea sagrado o de placer, y en todo caso dependían de los hombres que la rodeaban, ya que no se consideraba que pudiesen tomar sus propias decisiones, debido a su débil carácter. A todo esto apareció un grupo de reivindicadoras llamadas las Sinsombrero. Gracias a este primer movimiento de este grupo, a día de hoy los derechos de las mujeres han ido aumentando, y se nos valora de una manera más justa y positiva, aunque aún nos queda mucho para mejorar y tener los mismos derechos que a día de hoy tienen los hombres.

Las Sinsombrero es el nombre por el que son conocidas un grupo de artistas españolas de principio del siglo XX, en España, este nombre responde al gesto de quitarse el sombrero en público que protagonizaron Maruja Mallo, Margarita Manso, Salvador Dalí y Federico García Lorca en la Puerta del Sol.

Este grupo surgió en 1914, con los valores de luchar con valentía, coraje, inteligencia y determinación, por los derechos de la figura de una mujer en una España en el que las condenaba a la mediocridad, y decidieron hacerlo con el gesto de quitarse el sombrero en un lugar muy concurrido, ya que les estaba “congestionando las ideas”. Esta idea fue pensada por Maruja Mallo. Con este movimiento rompían lo “normal” en aquella época y liberaban sus pensamientos e inquietudes, no fueron bien recibidas al hacer este grito hacia la mejora de su figura, y fueron apedreadas al atravesar la famosa Puerta del Sol, en Madrid, ya que en esa época quitarse el sombrero en público no estaba bien visto para la sociedad, porque es considerada como un acto de rebelión contra las costumbres establecidas, este grupo de mujeres valientes desafió las tradiciones e hizo su irrupción en el mundo intelectual de una manera nunca vista hasta entonces. Aquellas mujeres formaron parte de una nueva generación donde reclamaban autonomía, independencia y una formación intelectual igual a la de los hombres, es decir, una igualdad de género en todos los aspectos del día a día, ya sea en el trabajo y sociedad.

Una de las mujeres más importantes que ayudaron en este cambio radical sobre los derechos de las mujeres fue Maruja Mallo. Fue la cuarta de 14 hermanos, uno de los espíritus más libres y excéntricos del grupo de creadores plásticos de la Generación del 27 que transformaron el papel de la mujer. Fue una pintora surrealista española, nacida el 5 de enero de 1902, en Viveiro, Lugo, y murió el 6 de febrero de 1995, en Madrid. Siempre le apasionó la pintura y a sus 20 años consiguió entrar en la Escuela de Bellas Artes, aunque terminó abandonando por su encorsetado sistema. Allí se dedicó a la pintura realista, compartió muchos momentos con Dalí, Lorca o Alberti, y Pablo Neruda y Miguel Hernández fueron algunas de sus conquistas. Sin embargo, curiosamente, Buñuel no la soportaba, quizás por sus ideas de amor libre e igualdad de género entre el hombre y la mujer. Durante la II República viajó por España en Misiones Pedagógicas hasta que empezó la Guerra Civil, que la llevó hasta París, Buenos Aires y Chile, donde fue invitada para pronunciar un ciclo de conferencias. Empezó a pintar especialmente retratos de mujeres, cuyo estilo es precursor del arte pop estadounidense.

En conclusión, gracias a este grupo de mujeres que en su momento hicieron el simple gesto de quitarse el sombrero en público, empezó a haber un gran cambio y abrir nuevos caminos e ideas en la sociedad, entre el hombre y la mujer, que a día de hoy, de diferentes maneras, nos sigue afectando, ya que actualmente seguimos luchando día a día para que nuestros derechos sean los mismos que tienen los hombres, porque aunque ya llevamos muchos años luchando para poder conseguirlo nos queda mucho por delante para hacer y mejorar.

Maruja Mallo

Aina Ferrer – 4t ESO B

La Generación del 27, un grupo de destacados poetas, escritores y artistas españoles que florecieron durante la primera mitad del siglo XX, fue un movimiento literario que a menudo ha pasado por alto a las mujeres que también formaron parte de este movimiento. Una de las mujeres destacadas de la Generación del 27 que rara vez se menciona en los estudios históricos y literarios es Maruja Mallo, quien es conocida como una de las Mujeres sin sombrero. En mi opinión, es fundamental resaltar la historia de Maruja Mallo en el contexto de esta generación, ya que su vida y obra ilustran la lucha de las mujeres en una sociedad profundamente patriarcal.

La historia de Maruja Mallo ilustra cómo las mujeres de la Generación del 27 y de la época en general se vieron marginadas y pasadas por alto en la investigación histórica y la valoración cultural debido a las normas de género de la sociedad en la época. Su vida y obra son ejemplos valiosos de cómo estas mujeres desafiaron las adversidades y dejaron una huella importante en la historia literaria y artística de España.

En la España de principios del siglo XX, las mujeres enfrentaban restricciones sociales y políticas significativas. La sociedad estaba profundamente arraigada en tradiciones patriarcales, y las mujeres tenían un acceso limitado a la educación superior y a las oportunidades profesionales. A pesar de estas barreras, varias mujeres talentosas se destacaron en el ámbito literario y artístico, y algunas de ellas formaron parte de la Generación del 27. Sin embargo, su presencia en un grupo dominado por hombres las relegó a un segundo plano en la investigación y la crítica literaria de la época. Maruja Mallo, al igual que otras mujeres de su generación, luchó contra estos prejuicios y estereotipos de género, abriendo camino para las generaciones futuras de artistas y escritoras.

Mallo fue una pintora y escritora vanguardista española que desafió las convenciones de su época. Su obra artística y su activismo cultural contribuyeron a la escena vanguardista en España durante la década de 1920 y 1930, y su participación en el movimiento surrealista la convirtió en una figura importante de la época.

Uno de los logros literarios más notables de Maruja Mallo fue su colaboración con el poeta Rafael Alberti en el libro Sobre los ángeles (1929), un ejemplo de literatura vanguardista que combina poesía y prosa. En este libro, ambos artistas exploran temas surrealistas y experimentales, creando un diálogo entre palabras e imágenes. Mallo también participó en revistas literarias y artísticas de vanguardia, donde sus textos y escritos contribuyeron a la difusión de las ideas y tendencias de la época.

En conclusión, las mujeres de la Generación del 27 han sido ignoradas en gran parte en la investigación histórica, política y social de la época debido a una combinación de factores, incluyendo la discriminación de género arraigada en la sociedad, las tensiones políticas y la Guerra Civil Española. Sin embargo, es esencial reconocer su contribución a la literatura y la cultura de ese período y trabajar hacia una reevaluación de su legado.

Las Sinsombrero

Carol Martínez – 4t ESO B

En la historia de la literatura española, el término “Generación del 27” nos recuerda inmediatamente a nombres como García Lorca, Dalí o Alberti. Son los hombres quienes protagonizan esta época dorada de la poesía y el arte en España. Sin embargo, detrás de esta gloriosa generación, se esconden figuras femeninas que merecen un reconocimiento igualmente destacado. ¿Por qué han sido sistemáticamente ignoradas en el estudio de la Generación del 27? 

Las Sinsombrero es una expresión en la cual nos referimos a un gran grupo de mujeres intelectuales y artistas en España, durante la década de 1920 y principios de la década de 1930. Muchas de estas mujeres desafiaron las convenciones de la época al no usar sombreros o accesorios que se consideraban parte de la vestimenta femenina, lo que simbolizaba su rebeldía y su deseo de liberarse de las restricciones de género impuestas por la sociedad. 

Estas mujeres fueron muy conocidas por su participación activa en la vida cultural y política, su contribución a la historia de España y de su lucha por la igualdad de género en un momento histórico crucial. La obra de estas mujeres, silenciada durante años, empieza ahora a salir a la luz gracias a la investigación de un grupo de historiadoras.

Las mujeres en esta época tenían un acceso muy limitado a la educación, por lo tanto, enfrentaban dificultades para destacar, este hecho contribuyó a la falta de mujeres escritoras ampliamente reconocidas en el movimiento. Otra dificultad fueron los estereotipos de género, ya que las mujeres siempre las relacionaban con el papel de esposas y madres y esto dificultó su participación en la vida cultural y política.

Las mujeres se encontraban con barreras importantes para su educación y participación en la esfera pública, su invisibilidad en la generación del 27 es un reflejo de esas restricciones sociales.

A pesar del gran esfuerzo y las grandes contribuciones que algunas mujeres como Carmen Conde y Ernestina de Champourcin hicieron a la Generación del 27 sus logros no fueron reconocidos, en gran parte por culpa de la discriminación de género. Las mujeres eran vistas como colaboradoras de los poetas masculinos en lugar de autoras en su propio derecho. Esta mala percepción limitó su influencia en la Generación del 27 y su huella en la literatura española.

En conclusión, su invisibilidad fue debida en gran parte por el contexto político, histórico y social de la época, ya que limitó sus oportunidades y su reconocimiento en lo que es la literatura. Es muy importante reconocer y celebrar las contribuciones literarias de las mujeres de esta generación y darles el lugar que merecen en la historia de la literatura española y lo que conocemos como la Generación del 27.

Maruja Mallo y su paso por Las Sinsombrero

Omar Masri – 4t ESO B

Ana María Gómez González, más conocida como Maruja Mallo, fue una pintora surrealista que perteneció a la Generación del 27 aunque por el hecho de ser mujer, nunca fue reconocida por la sociedad de la época. Nació en Viveiro, Lugo, en 1902 y falleció en Madrid en 1995. Con veinte años se trasladó a Madrid para estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde se relacionó con artistas, escritores y cineastas como Salvador Dalí, Federico García Lorca, Luis Buñuel, Concha Méndez, Margarita Manso o María Zambrano. Selecciono esta artista porque fue una referente en su época ya que sus logros fueron tapados por la sociedad y creo que tenemos una personalidad muy similar ya que a ambos nos gusta expresar las injusticias que nos impiden cosas en nuestro día a día.

A Maruja Mallo se le conocía por ser una mujer libre y que siempre luchó por sus derechos, pero le tocó nacer en una época en España en la que la sociedad nunca tuvo en cuenta a las mujeres y nunca se les reconoció por sus méritos y sus hechos. Ana María Gómez junto a  Margarita Manso, Salvador Dalí y García Lorca fueron los fundadores de Las Sinsombrero paseando por la Puerta del Sol, se les ocurrió quitarse el sombrero en forma de protestas para descongestionar las ideas. Sinceramente creo que fue una buena manera de expresar la libertad por parte de la mujer, aunque también creo que fue una manera muy arriesgada por los antecedentes que podía causar esa revolución. Sin embargo también estoy seguro de que si no hubiese sido de manera tan exaltada y exagerada, no hubiese pasado a la historia ni hubiera llamado la atención en esa época.

Definitivamente podemos encontrar una relación entre su estilo artístico y su acto, ya que la principal característica del surrealismo es la libertad de expresión y la personalidad del autor frente a sus ideas. A principios de siglo XX era impensable que la gente se enfrentara al gobierno y poner en duda las normativas de la época.

En conclusión, las mujeres han sido siempre ocultadas por la humanidad y nunca se les ha dado el valor que merecían cada una de ellas, por eso mismo tener la valentía de dar tu opinión y demostrar la injusticia ante un país entero han pasado a la historia de forma positiva, porque aunque nosotros no seamos conscientes, la presencia de Maruja Mallo permitió abrir los ojos a futuras generaciones de mujeres de España.

Deixa un comentari